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Museo de San Ignacio de Loyola de Cusárare: Una joya escondida en Chihuahua, México.

Actualizado: 3 feb



Museo de San Ignacio de Loyola de Cusárare a 40 kilómetros del pueblo mágico de Creel, Sierra Tarahumara y las Barrancas del Cobre en el corazón de las montañas de la en el estado de Chihuahua, México, es una verdadera joya escondida. Este encantador museo ofrece a los visitantes una oportunidad única para sumergirse en la rica herencia cultural del pueblo indígena Rarámuri, al tiempo que experimenta la impresionante belleza del paisaje natural circundante.


Descubriendo la cultura Tarahumara

El Museo de San Ignacio de Loyola de Cusárare está dedicado a preservar y promover la historia, el arte y las tradiciones del pueblo rarámuri. Los rarpamuri, son un grupo indígena conocido por su profunda conexión con la naturaleza y sus habilidades para correr largas distancias. Visitar el museo permite a los visitantes obtener una comprensión profunda de su forma de vida única y su creatividad.

Al entrar al museo, los visitantes son recibidos con una impresionante exhibición de arte tradicional rarámuri, que incluye intrincadas tallas de madera, coloridos textiles y cerámica hecha a mano. El museo también alberga una colección de artefactos antiguos y documentos históricos que proporcionan información sobre la historia y las creencias espirituales de los también llamados Tarahumaras.


Explorando las exhibiciones del museo

Caminar por el Museo de San Ignacio de Loyola de Cusárare es como hacer un viaje en el tiempo. Las salas están cuidadosamente organizadas y brindan una visión completa de la forma de vida, costumbres y tradiciones del pueblo rarámuri.

La belleza de Cusárare

Aunque el Museo de San Ignacio de Loyola de Cusárare es sin duda un tesoro de artefactos culturales y conocimiento histórico, su ubicación en medio de la impresionante belleza natural de las montañas de la Sierra Madre Tarahumara agrega un encanto adicional.


Cusárare es un pequeño pueblo ubicado en las montañas, rodeado de exuberantes bosques de pinos, ríos cristalinos y impresionantes cascadas. El propio pueblo es un testimonio de la armoniosa convivencia de los Tarahumara con la naturaleza, con casas tradicionales de adobe y techos de paja que se mezclan perfectamente con el paisaje. Explorar el pueblo y sus alrededores permite a los visitantes apreciar realmente la profunda conexión espiritual de los Tarahumara con la tierra.


Visitar Cusárare y el Museo de San Ignacio de Loyola de Cusárare

Llegar al Museo de San Ignacio de Loyola de Cusárare requiere un poco de esfuerzo, pero el viaje sin duda merece la pena. La ciudad más cercana es Chihuahua, que está aproximadamente a seis horas en coche. Desde allí, los visitantes pueden contratar a un guía local o unirse a un tour para llegar a Cusárare.

Al llegar, se recomienda comenzar la visita con un recorrido guiado por el museo para obtener una comprensión más profunda de la cultura e historia rarámuri. Los visitantes luego pueden explorar el pueblo de Cusárare a su propio ritmo, disfrutando de la impresionante belleza natural, visitando tiendas de artesanía local e incluso disfrutando de una comida tradicional Tarahumara.

Es importante tener en cuenta que el Museo de San Ignacio de Loyola de Cusárare depende en gran medida del apoyo de los visitantes para continuar con sus esfuerzos de preservación. Todas las tarifas de entrada y donaciones se destinan al mantenimiento del museo y al apoyo de la comunidad local Tarahumara.


Una joya escondida para apreciar

El Museo de San Ignacio de Loyola de Cusárare es más que un simple museo. Es una ventana al fascinante mundo del pueblo Tarahumara y una celebración de su rica herencia cultural. La colección del museo, combinada con la impresionante belleza natural de Cusárare, ofrece una experiencia verdaderamente única y envolvente que no debe perderse por nadie que visite las montañas de la Sierra Madre Tarahumara.

Para aquellos que aprecian el arte, la historia, la cultura y la naturaleza, una visita al Museo de San Ignacio de Loyola de Cusárare es una visita obligada. Es un lugar donde el pasado y el presente convergen en perfecta armonía, dejando a los visitantes con un profundo aprecio por el pueblo Tarahumara y su forma de vida.

Así que, si te encuentras en Chihuahua, asegúrate de aventurarte fuera de los caminos trillados y descubrir las maravillas del Museo de San Ignacio de Loyola de Cusárare. No te decepcionará.

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